A este respecto, Felipe II ordenó la construcción de varias fortalezas a lo largo de todo el Pirineo. En 1592 este monarca ordenó la construcción de una fortaleza en los campos que habían configurado el Burgo Nuevo, el barrio levantado extramuros de la ciudad. Así, se levantó una soberbia fortaleza pentagonal diseñada por el ingeniero Tiburcio Spannocchi, la Ciudadela de Jaca, para dar respuesta a un ejército provisto de artillería.

De esa época es también la bella Casa Consistorial (1544), construida según el estilo de los palacios platerescos aragones.